La tienes en tus manos, efímera.
Tanto como un suspiro.
Y te pertenece,
reina de tu imperio.
La desprecias y rechazas,
la valoras, le regalas
todo cuanto tienes.
Una línea os separa.
Luchas a capa y espada.
Escudo.
Batalla.
Largo viaje en avión.
Dos caras: gira la moneda.
Lo más valioso, un día vuela
solo en nombre de un dios ciego:
nuestro todopoderoso ego.
No hay receta
contra la enfermedad
más dura y longeva:
la humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario