martes, 27 de junio de 2017

Todo ha ardido


Todo ha ardido, abuela.
Las playas.
Los pinos.
Las tablas de madera que te acercaban al mar.
Todo ha ardido.
Cuánto hubieras sufrido de haberlo visto.
Cuánto.

La cuesta Maneli ha sido arrasada por las llamas.
Hectáreas de vida han quedado calcinadas.
Los linces ibéricos temblaban.
Los vecinos lloraban.
De eso ya queda solo el recuerdo 
y el lamentable escenario cenizo.

En mi mente, esta metafórica idea de la extinción,
me recuerda a la simple y llana
supervivencia que experimento
desde que te fuiste.

Lejos del drama o del derrumbe,
de la derrota o la caída sin salida,
en mi corazón habita el vacío.
Y el dolor se acumula como pasto en el incendio.
La incomprensión, la desidia
llegaron y ahora todo importa menos.

Ahora relativizo la vida
y desde la desazón no le pido mucho.
Pero hay aires que llevan tu aroma
y rosas con el tacto de tus manos.

Abuela, pero ni tú ni el paisaje estais extintos.
El alma sigue latiendo en la tierra.
Las campanas anuncian tu llegada
vestida de domingo.

Qué poco me importa el mundo,
qué pena, 
qué poco valor mi vida,
ahora que te fuiste.

lunes, 13 de febrero de 2017

La Pepa

Las pequeñas huellas sobre la tierra
camino de cualquier quehacer diario.
Nula relevancia histórica.
Revolución para mi alma.

Cada lágrima derramada
que no pesan más que las risas
a altas horas de la madrugada
rociadas por la suave brisa.

Y cuando el suelo estaba más cerca que nunca
unas manos delicadas me sujetaban con firmeza
indicándome el camino a seguir
enderezando mi columna para crecer.

Como crecen las hojas en primavera.
Y las tardes en cualquier calle del barrio
como confidente
y compañera.

Tu casa, mi cueva.
Cantándole a tus plantas
las canciones del ayer.
Mi tempo en el ritmo
de tu máquina de coser.

Que el amor que siento me desborda
y si algo me enorgullece en esta tierra
es sentir mi reposo en tu regazo
y la cura de mis penas.

El camino por el que que nos llevará el mundo...
yo no lo sé.
Pero no hay oro más valioso que tu respiración
y en mi vida está tu esencia.

Mi patria, mi bandera.
Mi página favorita del calendario.



viernes, 30 de septiembre de 2016

Lo amargo del olvido

Lo amargo del olvido es ver las flores marchitar
cuando antes resplandecían en plena primavera.
Es beber de la aridez de un lago que antes rebosaba manantiales,
es descubrir el momento exacto en que una estrella deja de brillar.

Lo amargo del olvido es el desconcierto que provoca el tiempo,
la insensatez de tus recuerdos reestructurando su contenido.
Es caminar por sendas verdes y tropezar con una calle sin salida,
escuchar tu canción favorita sin hallar placer en ella,
o sentir punzadas de nieve bajo tus pies al pisar la arena ardiente.

Lo amargo del olvido es su sabor a vino añejo,
la botella que antes estaba medio llena y ahora,
hecha pedazos contra el suelo.

Es despojar a tus sueños de sus protagonistas
y bajar el telón cuando la función acaba de comenzar.
Es asumir la longevidad de la misma existencia
dentro de una aguja que avanza más rápido que nuestros pies.

Es la pérdida de la experiencia y la puerta abierta a la esperanza
cuando ya no se tiene nada que perder.

domingo, 21 de agosto de 2016

He visto a nuestro amor evaporarse
y ser nube para que lloviéramos sobre otras almas
y nos derritiéramos bajo otros soles
que nunca serán más los nuestros
y nunca más nos verán amanecer.



martes, 26 de julio de 2016

Tu espacio

Donde desaparece el miedo,
encuentro los restos del naufragio.
Memorias esparcidas por el suelo,
y el relleno del vacío con tu espacio.

jueves, 7 de julio de 2016

Farola

Todos los ojos brillan,
Todos.
Todos brillan
y yo los veo muertos.

Pero los tuyos
centellean en la noche
Son como luciérnagas de fuego
que arrancan mis reproches
y me queman el cuerpo.

Son la purpurina del cielo
y el reflejo en la ola,

la luz de una farola.