viernes, 30 de septiembre de 2016

Lo amargo del olvido

Lo amargo del olvido es ver las flores marchitar
cuando antes resplandecían en plena primavera.
Es beber de la aridez de un lago que antes rebosaba manantiales,
es descubrir el momento exacto en que una estrella deja de brillar.

Lo amargo del olvido es el desconcierto que provoca el tiempo,
la insensatez de tus recuerdos reestructurando su contenido.
Es caminar por sendas verdes y tropezar con una calle sin salida,
escuchar tu canción favorita sin hallar placer en ella,
o sentir punzadas de nieve bajo tus pies al pisar la arena ardiente.

Lo amargo del olvido es su sabor a vino añejo,
la botella que antes estaba medio llena y ahora,
hecha pedazos contra el suelo.

Es despojar a tus sueños de sus protagonistas
y bajar el telón cuando la función acaba de comenzar.
Es asumir la longevidad de la misma existencia
dentro de una aguja que avanza más rápido que nuestros pies.

Es la pérdida de la experiencia y la puerta abierta a la esperanza
cuando ya no se tiene nada que perder.