Dormir. Dormir y abandonarse, y bajar la guardia, y exponerse al mundo como un recién nacido. Dormir y esconder la armadura, y confiar con sobredosis, con la fe ciega de quien cierra los ojos y entrega su vida al primero que pase.
Dormir y ser un poco más humanos, un poco más confiados, un poco más débiles.
Dormir y jugar a cara o cruz con cada segundo que pasa.
Dormir y jugar a cara o cruz con cada segundo que pasa.
La moneda que gira y gira durante el sueño, y que sigue bailando en el aire al despertar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario