viernes, 8 de junio de 2012

Hermano


El tiempo pasa, las horas, los días,
las sonrisas, las lágrimas, las miradas
e incluso el aire al trasladarse de un cuerpo a otro.

 La vida cambia el ritmo, el pensamiento, el miedo,
 el sentido y el sentimiento, las ganas, las almas y el viento.

Los aviones despegan, los pasajeros se enervan,
 la tierra cada vez más lejos, el cielo cada vez más cerca.
 En todos los sentidos.

Pero mientras todo cambia, mientras el
tiempo evoluciona y nada puede detenerse,
 y todo puede cambiarse, y nada puede adivinarse,
permíteme que me quede a tu lado,
ser el lado invariable de tu variable,
 las horas que nunca están muertas
 y la distancia que por fin no está lejos.

Porque en realidad, 
no lo dudes, no hay nada más valioso que tenernos,
y el resto poco importa.

Allí donde quedarán tus raíces...que en un suspiro te llevaré cuando las necesites.

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