domingo, 1 de abril de 2012

Como sueña un ciego

Imagina que cierras los ojos, con tanta fuerza que hasta llegan a dolerte. Imagina que ya no ves nada, sólo las imágenes que, creadas por tu mente, revolotean por tu cabeza una y otra vez. Imagina que ya nadie compite por estar por encima de los demás, que la belleza no existe, que todos somos iguales. Imagina la lluvia cayendo fresca sobre tu cara, minúsculas gotas cristalinas dispuestas a penetrar cada poro de tu piel para recordarte lo que en definitiva eres: agua. Imagina voces en tu cabeza, matices de color en cada una de ellas, y un olor. Un olor del que nunca puedes desprenderte porque lo inunda todo, un olor que impregna cada espacio de esta pequeña habitación, blanca o negra, quién sabe. Imagina el amor, el que no se ve, el que se siente sólo en el alma, el que no podemos comparar porque sabes que será irrepetible. El que no es superficial. El que deja una huella en el sinfín de vaivenes de tu camino, el que se toca a la vez que se imagina, como tú estás haciendo ahora mismo. Imagina, de nuevo, que no puedes ver el sol, tan sólo sentir su calor, su presencia, y le das las gracias por tu existencia, y te rindes ante él porque es tu único Dios.

 Imagina que admiras la luna en una noche solitaria, fría, y que giras tu cabeza hacia ella, como un vagabundo en la más pura soledad, como un lobo en plena oscuridad, y le lanzas un canto a la vida. Y te lamentas por no poder contemplarla, y te enorgulleces por poder sentirla tal y como es.

Imagina cómo sueña un ciego. Imagina que en tus noches ya no hay luces, ni colores, sino oscuridad. Pero una oscuridad policromática. ¿Quién dijo que el tacto no tenía color? ¿Quién afirmó que el olor de una persona no puede, como una luz fluorescente en la penumbra, cegarnos? ¿Quién cree entender las cosas sólo por poder verlas? Imagina cómo sueña un ciego. Soñemos como los ciegos, pongámonos una venda en los ojos a la hora de amar, y aprendamos a ver el mundo antes de que sea demasiado tarde.

1 comentario:

  1. Lo preconcebido nos confunde
    al igual que la belleza nos engaña.
    Olvida todo eso que te enseñaron
    y que ahora solo es un lastre en tu vida,
    solo así amarás las cosas como son
    y no como parecen ser...
    Entonces el mundo será tuyo,
    con tus propias formas, matices y ese olor.
    Ese olor tan intenso que debe desprender
    un amor tan puro.
    Como ya advertiste en tu cambio de piel, no te conformas con una sola perspectiva
    de las cosas y eso te engrandece.
    Gracias, por transportarnos a otra piel con tus palabras durante algunos instantes y
    hacernos a los demás reflexionar, saliendo así tambien de este conformismo.

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